3 diferencias entre la medicina convencional y la homeopatía

La homeopatía tiene un enfoque distinto de la medicina convencional y con resultados muy diferentes. En lugar de afectar un síntoma específico como lo hacen los medicamentos convencionales, los remedios homeopáticos pueden tener efectos positivos en muchos síntomas incluidos los mentales, emocionales y físicos al mismo tiempo.

En el artículo de hoy revisaremos 3 diferencias entre la homeopatía y la medicina convencional.

1. La ley de los similares vs la ley de los opuestos

La diferencia mas evidente entre la medicina convencional y la medicina homeopática es el enfoque del tratamiento. En la medicina convencional se recetan medicamentos para suprimir los síntomas siguiendo la ley de los opuestos. Por ejemplo, se usa antihistamínico para suprimir los síntomas de las alergias, antiácido para la gastritis, antiinflamatorios para los dolores, etc.

Bajo el enfoque de la medicina convencional se alivian temporalmente los malestares pero estos regresan cuando pasa el efecto del medicamento. En el caso de enfermedades crónicas se requerirá el uso de estos medicamentos por periodos prolongados o incluso de por vida, pero estos generalmente traerán efectos secundarios y la enfermedad de fondo seguirá sin ser tratada.

La homeopatía, en cambio, funciona aplicando la ley de los similares o lo similar cura lo similar. Esto quiere decir que una sustancia que produce ciertos síntomas en personas sanas, puede curar a enfermos que presentan los mismos síntomas. Cuando se administra el medicamento correcto, el cuerpo reacciona al estímulo y corrige el desbalance que generó la enfermedad en un inicio. Así el cuerpo tiene la capacidad de curarse por sí mismo y con el tiempo ya no requerirá medicamentos.

Esta ley fue planteada originalmente por Hipócrates (460-377 a.c.) y luego fue revalorizada por Hahnemann, convirtiéndose en el eje central de la medicina homeopática. Hahnemann mencionó que las eliminaciones materiales de una enfermedad como el pus, el moco, la sangre, la flema, la bilis, etc. son productos de una enfermedad y no la enfermedad en sí, es por ello que el tratamiento homeopático no está orientado a suprimir los síntomas sino a tratar la enfermedad de fondo.

2. Cuerpo y mente como un todo vs cuerpo y mente como entidades separadas

La segunda diferencia que veremos es cómo la medicina convencional trata los síntomas mentales y físicos de manera aislada, mientras que la homeopatía trata a la persona como un todo.

En la práctica esto se observa cuando, por ejemplo, un paciente que tiene artritis y depresión recibe tratamientos separados con antiinflamatorios y antidepresivos para suprimir cada uno de estos síntomas.

Por otro lado, el médico homeópata evalúa la totalidad de los síntomas mentales, emocionales y físicos del paciente antes de hacer la prescripción. En el ejemplo que mencionamos anteriormente, el médico observará que este paciente tiene artritis que empeora por las noches y con el frío, sufre de depresión que se acentúa en invierno y siente fatiga durante el día. Solo después de haber evaluado a detalle el cuadro podrá sugerir un tratamiento que estimule al cuerpo a recuperar el balance perdido.

El medicamento homeopático no es específico de una enfermedad sino que es específico de una ‘forma de enfermar’ y esto es porque se ha observado que personas con la misma enfermedad pero diferentes tipos de cuerpo, temperamentos, entornos, etc. reaccionan diferente ante un mismo estímulo.

3. Microdosis vs macrodosis

La última diferencia que veremos es la que probablemente causa mayor controversia ya que los detractores de la homeopatía señalan que con dosis tan pequeñas es imposible obtener algún resultado.

Para poner en contexto que es la microdosis, hay que explicar que los medicamentos homeopáticos pasan por un proceso de dilución y dinamización secuencial con el objetivo de obtener los resultados terapéuticos sin producir los efectos molestos, o efectos tóxicos de las sustancias puras.

Pero, ¿cómo podemos entender la acción de un remedio que no contiene ni una sola molécula de la sustancia original?. La física moderna acaba de empezar a ponerse al día con la visión de Hahnemann de hace dos siglos: La materia es esencialmente energía, los remedios basados en la energía pueden ser más poderosos que los limitados a la mera materia, y los remedios son esencialmente información que se puede transmitir a la propia energía curativa del cuerpo por su patrón vibratorio impreso en la sustancia portadora.

Hahnemann experimentó mucho antes de llegar a esta conclusión. Al inicio utilizó sustancias puras provenientes de la naturaleza pero tanto él como sus experimentadores sufrieron intoxicaciones con estas sustancias. Luego intentó diluirlas para minimizar los efectos tóxicos pero las propiedades medicinales disminuyeron. Entonces fue cuando al utilizar sustancias insolubles como agentes medicinales, necesitó triturarlas con lactosa y comprendió que la energía cinética no solo ayudaba a solubilizar las sustancias sino que las tornaba más efectivas despertando una respuesta curativa sin agravaciones. Para sorpresa de Hahnemann, las medicinas eran más efectivas, las curaciones rápidas y con menores agravaciones.

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