En el inicio de su vida, el ser humano tiene funciones básicas que no se rigen de la voluntad sino que obedecen un orden básico de existencia. Luego, este va adquiriendo conciencia, autonomía y características propias de acuerdo a su idiosincrasia haciendo una combinación existencial plena entre su parte inmaterial (conciencia, gustos, afinidades, etc.) y la fisiología corporal material.
El ser humano se mantiene sano (en equilibrio) con el conocimiento y toma de conciencia de que cada etapa de vida tiene una respectiva actividad física, funcional, mental y espiritual. Por ello, se mantiene el equilibrio en cada etapa de su vida y eso es la plena y sabia existencia.
De no ser así, empezarán a presentar cambios característicos en el funcionamiento de su cuerpo y finalmente deterioro en los tejidos hasta llegar a hacerlos inservibles antes de su tiempo de duración natural.
Pero antes de todo esto, la persona presentó un cuadro preclínico, que es la alteración de su sentir. Es decir, la pérdida de su instinto de conservación para evitar su deterioro. El sentir es el lado inmaterial nunca visto en medicina porque en esa etapa es donde el enfermo tiene el discernimiento para evitar llegar los estados alterados posteriores que son la alteración de la función, el colapso total de la función y el deterioro total del órgano.
En este artículo, desarrollaremos el enfoque de la homeopatía sobre “El enfermo” presentado por James Tyler Kent en su libro la filosofía homeopática.
“No hay enfermedades, sino enfermos”
Samuel Hahnemann
¿Qué entendemos por enfermo?
El enfermo es un ser alterado que requiere recuperar su estado de sentirse bien y no solo su cuerpo o tejidos. Por ello, la primera pregunta que hacemos en la consulta por lo general es: ¿Cómo se siente? o ¿Qué siente?. El paciente responderá:
- Me siento mal (primer nivel de profundidad de la enfermedad con síntomas pasajeros).
- Estoy mal (segundo nivel de profundidad de la enfermedad con síntomas constantes por un tiempo).
- Soy un enfermo (tercer nivel de profundidad de la enfermedad con síntomas constantes por mucho tiempo).
En cada una de estas respuestas, nos revela la profundidad del proceso de enfermedad y su capacidad de poder recuperarse totalmente, mínimamente o mantenerse eventualmente bien con soporte de medicación constante. Esta forma de responder, no es sino el lenguaje inconsciente del enfermo que fluye y que solo el médico capacitado entiende.
Entonces, ¿debemos tratar la enfermedad en sus efectos o sus causas?
Si tenemos ideas materialistas respecto a las enfermedades tendremos concepciones materialistas respecto a los medios de curación de una enfermedad.
Por ejemplo, ¿si extraemos el órgano enfermo se acaba la enfermedad?. Claro está que no es así. La manifestación del enfermo se enfocará en otro lugar u otro órgano. Diagnosticaremos otra enfermedad en otra parte del cuerpo, pensando que estamos tratando otro cuadro clínico. No nos daremos cuenta que es el mismo enfermo tratando de expresarse de otra manera, puesto que la anterior no fue comprendida y hasta se le quitó el órgano por donde se expresaba. Ahora encontró otro medio para poder manifestar su disconformidad.
Nada existe sin causa. Los tejidos no se hubieran vuelto enfermos a menos que algo anterior a ellos no se hubiesen perturbado volviéndolos enfermos.
Pero, ¿qué hay antes de todo lo físico?
El ser humano, ve, le gusta, oye, piensa, vive. El hombre muerto no puede querer, ni comprender. Por lo tanto, lo que se va al morir es lo que llamamos voluntad y entendimiento. Esto es anterior al cuerpo y es susceptible de ser cambiado.
El deber del médico es curar al enfermo y no solo a los resultados de la enfermedad. Es decir, restablecer el orden entre la voluntad y el entendimiento. Cuando el hombre haya sido devuelto a la salud, la armonía de sus tejidos y funciones se habrá restablecido.
Disclaimer: La información que compartimos en este sitio tiene propósitos informativos y no reemplaza la atención con un profesional de la salud. Ante cualquier duda siempre consulte con su médico. Si deseas una consulta personalizada con el Dr. Javier Ortega nos puedes contactar por WhatsApp +51 987 774 871 para separar tu cita.
Artículos recientes
Homeopatía como tratamiento para colesterol y triglicéridos altos (Hiperlipidemia)
Actualmente, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de mortalidad. El control del colesterol alto se ha convertido en un gran problema de salud. Aunque existen...
Foto de Richard Sagredo en Unsplash La homeopatía, como especialidad médica, ofrece numerosos beneficios para los problemas propios de la tercera edad. No interfiere con la medicina...